PUEDE SER HASTA SIETE VECES SUPERIOR SEGÚN LA CIUDAD Y EL MODELO DE ALOJAMIENTO
La elección de una residencia en la que vivir durante el curso académico no debe tomarse a la ligera. No se trata tan sólo de un lugar donde dormir sino que, en ocasiones, se convierte en la verdadera casa para aquellos jóvenes que deciden marcharse a una localidad diferente de su lugar de origen para continuar sus estudios universitarios. Así, la residencia o colegio mayor ideal debería contar con:
RÉGIMEN DE ALOJAMIENTO: Lo más cómodo para los residentes es disponer de un régimen de pensión completa, lo que evita gastar tiempo y dinero en comer fuera de la residencia o tener que hacerse su propia comida. Otra opción es la de aquellas habitaciones tipo apartamento que disponen de su propia cocina. Para aquellos residentes que deban seguir una alimentación especial por prescripción médica, lo ideal sería que la residencia pudiera adaptar sus menús a las necesidades especiales de estas personas.
SERVICIOS: Todas las comodidades para los residentes: lavandería, servicio de enfermería, cafetería-bar, zonas deportivas, estancias amplias y luminosas parael estudio que estén dotadas de ordenadores, así como de una red wifi, y un buen número de volúmenes en la biblioteca; zonas para el ocio o el descanso (salas de estar, para ver la televisión o recibir visitas ajenas a la residencia o colegio mayor); servicio de fotocopistería, envío de correo postal y de fax; parking (para automóviles, ciclomotores y bicicletas); espacios ajardinados o servicio de transporte para ir al campus, al centro de la ciudad o a las principales estaciones de autobús, tren… (o en su defecto, paradas de transporte urbano a pocos minutos de la residencia o colegio mayor). Además, es esencial que tanto las zonas de las habitaciones como las dependencias comunes estén limpias y bien iluminadas.
SEGURIDAD: Conviene que la residencia disponga de todas las medidas de seguridad necesarias en caso de emergencia durante las 24 horas del día: personal de seguridad o cámaras en los accesos y entradas a las instalaciones, así como toda una serie de dispositivos (en habitaciones y zonas comunes) como luces y salidas de emergencia, extintores, detectores de humo/fuego, bocas de riego, alarma, mangueras…
ACCESIBILIDAD: Los responsables de las residencias deben tener en cuenta que las personas discapacitadas son residentes como los demás y, por tanto, deben tener cubiertas sus necesidades y comodidades. Lo correcto sería que estos estudiantes no tuviesen ningún tipo de problema para poder acceder y desplazarse por la residencia, además de contar con habitaciones, baños, salas comunes e incluso plazas de aparcamiento específicas para ellos.
Estudio realizado por la revista EROSKI
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